Hoy os voy a hablar de algunas nociones básicas de la limpieza facial que podemos poner en práctica en casa... sin necesidad de ir a un centro estético.
Para empezar, ¿alguna vez os habéis preguntado si os estáis desmaquillando bien?
Las maniobras a seguir son muy sencillas:
1º Vertimos un poco de leche desmaquillante en las palmas de la manos.
2º La repartimos por todo el rostro.
3º Comenzados a dar ligeros masajes circulares y ascendentes desde el cuello hasta la frente. Es importarte incidir en las zonas más grasas del rostro.
4º Retiramos el producto con las clásicas esponjas de celulosa previamente humedecidas o con pañuelos de papel desechable (en seco).
Estos pasos los podemos repetir hasta 2 o 3 veces si es necesario hasta que la piel quede libre de maquillaje e impurezas superficiales.
Es muy importante secar bien nuestro rostro para evitar que se deshidrate; ahora os preguntaréis, ¿pero por qué se deshidrata? Si nuestro rostro está mojado o ligeramente mojado se acabará evaporando esa pequeña cantidad de agua superficial... llevándose consigo el agua del manto hidrolipídico de nuestra piel (emulsión de aceite y agua que sirve para proteger nuestra piel de agentes externos).
Después podéis usar algún tónico que tengáis a mano, pero tranquilas... si no tenéis es casa no pasa nada. El tónico es sólo un complemento que se usa para rematar el maquillaje que pueda quedar en la cara tras usar la leche limpiadora (no es excesivamente importante); pero si lo usáis después del exfoliante tendrá propiedades para "cerrar poros" y restaurar el pH fisiológico de la piel. En el caso de que tengáis en casa os lo aplicáis mediante discos de algodón dando pequeños toquecitos ascendentes. Es importante que el tónico no contenga alcohol porque de ser así os secaría e irritaría la piel.
En el caso de que queráis hacer una limpieza más profunda podéis usar un exfoliante después del desmaquillado básico; ayudará a eliminar las células muertas, activando así la regeneración celular de la piel; os dejará la piel más suave y fina. Es recomendable usar el exfoliante 1 vez por semana aproximadamente, pero ésto depende del tipo de piel...:
- Pieles muy grasas: 2 veces a la semana*.
- Pieles normales, grasas y mixtas: 1 vez a la semana*.
- Pieles secas: 1 vez a la semana o cada dos semanas*.
*Máximo.
Es importante no usarlo muy a diario porque podría provocar un efecto rebote... la piel produciría más grasa, estaría más desprotegida y sensible.
Otro cosmético que podéis usar tras la exfoliación y como modo complementario es una mascarilla, esta aportará nutrientes importantes para el cuidado de la piel.
Y finalmente podéis aplicaros vuestro contorno de ojos, crema hidratante e incluso protección solar si vais a salir a la calle de día.
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